El autor, el libro y el motivo:
Hace muchos años (1980) unos amigos franceses, Etienne y Rosa, me regalaron el libro “La Escuela Moderna” de Francisco Ferrer i Guardia (1859-1909). Se trataba de la tercera edición (1978) de un libro publicado en 1976 por la editorial ZERO en su colección “Promoción del Pueblo”.
La Escuela Moderna creada en 1901, gracias a la herencia de una de sus alumnas (Ernestina Meunier) a la que dedica el primer capítulo de su libro, funcionó de manera intermitente acosada por las autoridades bajo la presión de la Iglesia y las clases más conservadoras.
La edición recopila en dieciséis capítulos el pensamiento del autor, “la escuela racional” frente a las escuelas doctrinales (religiosas y laicas) y la experiencia de la Escuela Moderna de Barcelona. Incluye fragmentos de los boletines, textos del propio pedagogo, escritos del alumnado (Capítulo XIV) y de los colaboradores (en gran parte de los capítulos y en un apéndice).
Hoy, consolidada la escuela que Ferrer i Guardia criticaba hace más de cien años, merece la pena releer las palabras de este pedagogo libertario, para reconocer en el discurso de la LOMCE, el intento de legalizar y legitimar las desigualdades y recuperar los rasgos más atávicos de nuestra sociedad.
“Es moneda corriente el divorcio entre el pensar y el querer (…) como término de nuestra misión pedagógica, que no se den en un solo individuo dualidad de personas; la una que ve lo verdadero y lo bueno y lo aprueba, y la otra, que sigue lo malo y lo impone”. (Capítulo III. Programa primitivo).
El texto deja explícita la intención de la “Escuela Moderna” de formar personas coherentes, capaces de hacer lo que piensan y dicen. Su contenido nos puede servir de introducción del artículo y de denuncia de la actitud de nuestros gobernantes que pervierten el significado de las palabras (finalidades y objetivos) con los hechos (ordenación y organización) y de los opositores que igualmente niegan su discurso cuando les toda gobernar.
El discurso de Ferrer i Guardia socava las bases de la sociedad capitalista ya esté estructurada en clases, como en su época, o en el acceso a los servicios, la actual. La sociedad del bienestar construida por la socialdemocracia para compensar las desigualdades que no es capaz de atajar, o el estado neoliberal en la economía y ultraconservador en los valores que organizan la sociedad serían, hoy, objeto de su ataque.
Muchas de las cuestiones que analiza y pretende transformar las ha puesto la LOMCE de actualidad: el problema de la religión en las escuelas al imponer la “Religión” y su alternativa y suprimir la “Educación para la ciudadanía y los derechos humanos”; el valor de la educación diferenciada; los exámenes como herramienta de selección; la desaparición del modelo competencial y la recuperación del modelo académico; el uso de los premios y castigos; la importancia de la Economía; la “guerra lingüística”, etc. Del contenido de su discurso, hemos seleccionado algunos textos que, a nuestro juicio, son representativos de su pensamiento. Dejamos hablar al autor:
CONTRA la “prostitución” de la escuela:
“Los gobiernos se han cuidado siempre de dirigir la educación del pueblo, y saben mejor que nadie que su poder está totalmente basado en la escuela, y por eso la monopolizan cada vez con mayor empeño…han querido una organización cada vez más completa…no porque esperen por la educación, la renovación de la sociedad sino porque necesitan individuos, obreros, instrumentos de trabajo más perfeccionados para que fructifiquen las empresas industriales y los capitales a ellas dedicados”.
“Educar equivale actualmente a domar, adiestrar, domesticar (…) Para realizarla se han inspirado sencillamente en los principios de disciplina y autoridad que guían a los organizadores sociales de todos los tiempos, quienes no tienen más que una idea muy clara y una voluntad, a saber: que los niños se habitúen a obedecer, a creer y a pensar según los dogmas sociales que nos rigen (…) se trata de imponerles pensamientos hechos, de impedirle para a conservación de las instituciones de esta sociedad; de hacer de él, en suma, un individuo estrictamente adaptado al mecanismo social.”
(Capítulo VIII. La renovación de la escuela)
CONTRA el innatismo y el pecado original:
“Persuadido de que el niño nace sin idea preconcebida y de que adquiere en el trascurso de su vida las ideas de las primeras personas que le rodean, modificándolas luego por las comparaciones que de ellas hace y según sus lecturas, observaciones y relaciones que le procura el ambiente que le rodea» (Capítulo II. Responsabilidad aceptada).
CONTRA la escuela religiosa o laica. Iglesia y Partido son sinónimo de Dogma:
“Gran parte de las obras inscritas en el catálogo del laicismo francés, en que Dios era reemplazado por el Estado, la virtud cristiana por el interés cívico, la religión por el patriotismo, la sumisión y obediencia al rey, a la aristocracia y al clero por el acatamiento al funcionario, al propietario y al patrón (…). Nos vemos frente a frente de la enseñanza religiosa y de la enseñanza política (…) La ciencia ha demostrado que la creación es una leyenda y que los dioses son mitos (…)» (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo”).
CONTRA la escuela diferenciada por sexos:
“En vista del buen éxito que la enseñanza mixta obtiene en el extranjero y, principalmente para realizar el propósito de la Escuela Moderna, (…) preparar una humanidad verdaderamente fraternal, sin categorías de sexos ni clases, se aceptarán niños de ambos sexos desde la edad de cinco años». (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
CONTRA los guetos y las escuelas de élite:
“Lo mismo que de la educación en común de ambos sexos, pienso de la de diferentes clases sociales (…). Lo diré bien claro: los oprimidos, los expoliados y los explotados han de ser rebeldes, porque han de recabar sus derechos hasta lograr su completa y perfecta participación en el patrimonio universal«. (Capítulo V. Coeducación de las clases sociales”).
CONTRA el uso sectario de la lengua:
“Así por ejemplo, hubo quien, inspirado en mezquindades de patriotismo regional, me propuso que la enseñanza se diera en catalán, empequeñeciendo la humanidad y el mundo a los escasos miles de habitantes que contienen en el rincón formado por parte del Ebro y los Pirineos. Ni en español lo establecería yo-contesté al fanático catalanista-, si el idioma universal, como tal reconocido, lo hubiera ya anticipado el progreso. Antes que el catalán cien veces el esperanto”. (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
CONTRA la falta de autonomía:
“Sus profesores no son sino instrumentos conscientes o inconscientes de sus voluntades, formados además ellos mismos según sus principios..son muy raros los que han escapado a la tiranía de esa dominación, quedando generalmente impotentes contra ella, porque la organización escolar les oprime con tal fuerza que no tienen más remedio que obedecer”.(Capítulo VIII. La renovación de la escuela).
CONTRA los exámenes:
“Los exámenes clásicos, aquellos que estamos habituados a ver a la terminación del año escolar y a los que nuestros padres tenían un gran predicamento, no dan resultado alguno, y si lo producen, es en el orden del mal. Estos actos, que se visten de solemnidades ridículas, parecen ser instituidos solamente para satisfacer el amor propio enfermizo de los padres, la supina vanidad y el interés egoísta de muchos maestros y para causar sendas torturas a los niños antes y después (…) Es un reclamo eficacísimo que les garantiza el crédito y prestigio de la Tienda Escolar” (…) Los elementos morales que inicia en la conciencia del niño ese acto inmoral calificado de examen son: la vanidad enloquecedora en los altamente premiados; la envidia roedora y la humillación, obstáculo de sanas iniciativas, en los que han claudicado;…”.
“Una nota o una clasificación dada en condiciones determinadas, sería diferente si ciertas condiciones cambiasen; por ejemplo, si el jurado fuese otro, si el ánimo de tal juez, por cualquier circunstancia, hubiese variado (…) (texto de Emilia Boivin).
(Capítulo IX. Ni premio ni castigo).
CONTRA los premios y castigos:
“No se debe limitar la libertad para llegar a la libertad” (…) dedíquense los pedagogos a inspirar el amor al trabajo sin sanciones arbitrarias, ya que hay sanciones naturales e inevitables que bastará poner en evidencia» (texto de Emilia Boivin) (Capítulo IX. Ni premio ni castigo).
CONTRA los libros de texto al uso:
“Si la escuela había estado en todo el tiempo…destinada a hacer obedientes y sumisos, es evidente que nada escrito a tal fin podría ser utilizable” (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo).
CONTRA la escuela que encierra al niño:
“La escuela sujeta a los niños física, intelectual y moralmente para dirigir el desarrollo de sus facultades en el sentido que se desea y les priva del contacto con la naturaleza para modelarles a su manera.” (Capítulo VIII. La renovación de la escuela)
“La cárcel de la escuela encierra al niño entre las cuatro paredes (…)» (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo”).
“(…) arrancar de cuajo, de las salas de clase, el mutismo y la quietud insoportable, características de la muerte, y llevar en su lugar el bienestar, la intensa alegría, el alborozo(…) La idea de que la vida es una cruz, una enojosa y pesada carga la cual tiene que tolerarse hasta que la providencia se harte de vernos sufrir. Desaparece. La vida, se nos dice, es para gozar de la vida, para vivirla». (texto de R.Columbie). (Capítulo V. Higiene escolar).
Con todo, lo verdaderamente importante, no es la “negación positiva de la escuela del pasado perpetuada en el presente” (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”) sino las soluciones que ofrece la Escuela Moderna. Muchas de ellas son comunes a las de otros movimientos pedagógicos de la época.
El protagonismo del alumnado, el valor de la naturaleza, el uso de un método científico (hipotético-deductivo), la utilidad de las salidas, el valor del juego, el trabajo por proyectos, la necesidad de sustituir las lecciones de palabras por las lecciones de cosas, el trabajo real además del intelectual, el rechazo del verbalismo, el uso del lenguaje como herramienta de comunicación y no de dominación, etc., son elementos comunes a los autores de la Escuela Nueva y de la Institución Libre de Enseñanza. Durante el primer tercio del siglo XX y hasta el final de la Guerra Civil, decenas de escuelas, ateneos libertarios y universidades populares seguirían su planteamientos.
Ferrer i Guardia es heredero del optimismo pedagógico de los ilustrados, comparte con el resto de intelectuales del movimiento obrero el valor de la cultura y la educación para acabar la opresión y conseguir una sociedad justa, solidaria e igualitaria.
Estaba convencido de que “no deben existir obreros e intelectuales, solo hombres” y que, estos hombres, una vez educados, abrazarían sin dudar la ideología anarquista.
La apuesta por la escuela mixta (reconoce su existencia en las aldeas por la necesidad de rentabilizar los recursos) se convierte en una realidad. De los treinta alumnos que estaban presentes el 8 de septiembre de 1901 cuando se inaugura, doce son niñas; y en junio de 1904, había ciento catorce, cincuenta y una niñas.
Una parte importante de su pensamiento “positivo” se recoge en los siguientes fragmentos:
A FAVOR de la formación de personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio:
“La misión de la Escuela Moderna consiste en hacer que los niños y las niñas… lleguen a ser personas instruidas, verídicas, justas y libres de todo prejuicio.” (Capítulo II. Responsabilidad aceptada).
“El triunfo que perseguimos; que sacaremos cerebros vivos capaces de reaccionar; que las inteligencias de nuestros educandos cuando se emancipen de la racional tutela de nuestro Centro, continuarán enemigas mortales de los prejuicios, serán inteligencias sustantivas, capaces de formarse convicciones razonadas, propias, suyas, respecto a todo lo que sea objeto del pensamiento” (primer número del Boletín de la Escuela Moderna, 30 de octubre de 1991). (Capítulo III. Programa primitivo).
“Queremos hombres capaces de evolucionar intensamente, de destruir, de renovar constantemente los medios y de renovarse ellos mismos; hombres cuya independencia intelectual sea la fuerza suprema, que no se sujeten jamás a nada, dispuestos siempre a aceptar lo mejor, dichosos por el triunfo de las ideas nuevas y que aspiren a vivir vidas múltiples en una sola vida. La sociedad teme tales hombres: no puede, pues, esperarse que quiera jamás una educación capaz de producirlos” (Capítulo VIII. La renovación de la escuela).
A FAVOR de una Escuela Científica y Racional:
“(…) todo el valor de la educación reside en el respeto de la voluntad física, intelectual y moral del niño (…) No es verdadera educación sino la que está exenta de todo dogmatismo, que deja al propio niño la dirección de su esfuerzo y que no se propone sino secundarle en su manifestación. Pero nada hay más fácil que alterar esa significación y nada más difícil que respetarla. El educador impone, obliga, violenta siempre; el verdadero educador es el que, contra sus propias ideas y sus voluntades, puede defender al niño, apelando en mayor grado a las energías propias del niño». (Capítulo VIII. La renovación de la escuela.)
“La ciencia es la exclusiva maestra de la vida; inspirada en este lema, la Escuela Moderna se propone dar a los niños (…) vitalidad cerebral propia, a fin de que cuando se emancipen de su racional tutoría, continúen siendo en el mundo social enemigos mortales de los prejuicios de toda clase, proponiendo a formarse convicciones razonadas, propias, sobre todo lo que sea objeto del pensamiento” (Capítulo XII. Resultados positivos).
“La enseñanza racional es ante todo un método de defensa contra el error y la ignorancia” (Capítulo IX. Ni premio ni castigo).
“La enseñanza racionalista y científica de la Escuela Moderna ha de abarcar, como se ve, el estudio de cuanto sea favorable a la libertad del individuo y a la armonía de la colectividad, mediante un régimen de paz, amor y bienestar para todos sin distinción de clases ni de sexo”. (Capítulo XV. Boletín de la Escuela Moderna)
A FAVOR de la educación integral: SABER, HACER y QUERER:
“Además, como no se educa cumplidamente disciplinando solo la inteligencia, sino que ha de contarse con el sentimiento y la voluntad, en la educación del alumno ponemos exquisito cuidado para que las representaciones intelectuales (…) se transformen en jugo de sentimiento, porque éste, cuando adquiere cierto grado de intensidad, se difunde de modo inefable, por todo el ser, colorando y perfilando el carácter de la persona” (Capítulo XII. Resultados positivos).
“Una educación racional será, pues, la que conserve al hombre la facultad de querer, de pensar, de idealizar, de esperar; la que esté basada únicamente sobre las necesidades naturales de la vida; la que deje manifestar libremente esas necesidades; la que facilite lo más posible el desarrollo y la afectividad de las fuerzas del organismo para que todas se concentren sobre un mismo objetivo exterior: la lucha por el trabajo para el cumplimiento que reclama el pensamiento”.
“Se renovarán, pues, las bases de la educación actual: en lugar de fundar todo sobre la instrucción teórica, sobre la adquisición de conocimientos que no tienen significado para el niño, se partirá de la instrucción práctica, aquella cuyo objeto se muestre se le muestre claramente, es decir, se comenzará por la enseñanza del trabajo manual.»
(Capítulo XV. Boletín de la Escuela Moderna).
A FAVOR de una escuela sin dogmas pero comprometida:
“Demostrar a los niños que mientras un hombre depende de otro hombre se cometerán abusos y habrá tiranía y esclavitud (…) La enseñanza racional y científica ha de persuadir a los futuros hombres y mujeres que no han de esperar nada de ningún ser privilegiado (ficticio o real); y que pueden esperar todo lo racional de sí mismos y de la solidaridad libremente organizada y adaptada.” (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo”).
“Ni dogmas ni sistemas (…) soluciones comprobadas por los hechos, teorías aceptadas por la razón, verdades confirmadas por la evidencia, eso es lo que constituye nuestra enseñanza, encaminada a que cada cerebro sea el motor de una voluntad, y a que las verdades brillen por sí en abstracto, arraiguen en todo entendimiento, y, aplicadas a la práctica, beneficien a la humanidad sin exclusiones indignas ni exclusivismos repugnantes.” (Capítulo XIII. En legítima defensa).
A FAVOR de la escuela única y mixta:
“Los niños de ambos sexos tengan idéntica educación…que por semejante manera desenvuelvan la inteligencia, purifiquen el corazón y templen voluntades, que la humanidad femenina y masculina se compenetren…” (Boletín nº 2) (Capítulo IV. Coeducación de ambos sexos).
“El niño que se educa en compañía de la niña, aprende insensiblemente a respetarla y a ayudarla, y recíprocamente, la niña…» (Capítulo XIV. Ingenuidad infantil)
“A esta idea me atuve logrando tener alumnos de todas las clases sociales para refundirlos en una clase única…practicando una especie de nivelación que iba desde la gratitud, las mensualidades mínimas, las medianas a las máximas”. (Capítulo V. Coeducación de las clases sociales”).
A FAVOR de la escuela abierta:
“Para completar su obra, la Escuela Moderna se abrirá las mañana de los domingos (…) A estas clases podrán concurrir las familias de los alumnos”. (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
“(…) Se dedicó también a la instrucción popular, organizando una serie de conferencias dominicales públicas, a las que acudían los alumnos, sus familiares y un gran número de trabajadores deseosos de aprender”(…)”Una Universidad popular(…) en la prensa liberal de Barcelona, fue calificado por un periodista, de “misa de la ciencia”. (Capítulo XI. Conferencias dominicales).
A FAVOR del diálogo y la respuesta solidaria:
“Enseñará los verdaderos deberes sociales, de conformidad con la justa máxima: *No hay deberes sin derechos; no hay derechos sin deberes*. (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
“Admitida y práctica la coeducación de niños y niñas y ricos y pobres, es decir, partiendo de la solidaridad y de la igualdad, no habíamos de crear una desigualdad nueva, y, por tanto, en la Escuela Moderna no habría premios y castigos, ni exámenes en que hubiera alumnos ensoberbecidos con la nota de sobresaliente, medianías que se conformaran con la vulgarísima nota de aprobado ni infelices que sufriera el oprobio de verse despreciados por incapaces.”
“Al que sobresalía por bondad, por aplicación, por indolencia o por desorden se le hacia observar la concordancia o discordancia que pudiera haber con el bien o con el mal propio o el de la generalidad y servían de asunto para una disertación…sin más consecuencia.”
(Capítulo IX. Ni premio ni castigo)
A FAVOR del uso de contenidos y metodología competencial:
La Aritmética al servicio de la Economía social:
“Concurso para la renovación del estudio de la aritmética…para la composición de una recopilación de problemas fáciles, verdaderamente prácticos y en los cuales no se trate de dinero, de ahorro ni de ganancia. Los ejercicios deberán versar sobre la producción agrícola y ganadera, la buena repartición de las materias primas y de los objetos fabricados, los medios de comunicación, el transporte de mercancías, el trabajo humano comparado con el mecánico (…) En una palabra la Escuela Moderna desea un conjunto de problemas por el que la aritmética resulte lo que debe ser en realidad: la ciencia de la economía social, tomando la palabra economía en su sentido etimológico de buena distribución.” (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo”)
“Economía significa uso prudente, metódico y previsor de los bienes y ahorro, es reducción y limitación del uso de esos bienes (…) privación voluntaria con apariencia de interés. (…) Quienes les enseñan el ahorro, les prepara (…) a la sumisión, al privilegio, y queriendo iniciarles en el conocimiento de la economía, lo que se hace verdaderamente es convertirles en víctimas y cómplices del desbarajuste económico de la sociedad capitalista”(…)
“Partiendo de estas consideraciones y aplicándolas a la pedagogía, juzgamos necesario que los niños comprendan que derrochar toda clase de materiales y objetos es contrario al bienestar general; que si el niño malgasta papel, pierde plumas o estropea libros, impide sacar de ellos mayor utilidad e irroga un perjuicio a sus padres o a la escuela. Todavía puede inculcárseles la provisión respecto de abstenerse de adquirir cosas baladíes (…) pero no se diga, y menos lo diga un maestro, que con el salario, que no alcanza a satisfacer las necesidades de la vida, puede asegurarse la vida, porque eso es aritmética falsa (…).
(Capítulo XV. Boletín de la Escuela Moderna)
El valor de la Geografía y las Ciencias de la Naturaleza:
“Sustituirá el estudio dogmático por el razonamiento de las ciencias naturales (…)» (Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
“Vuelta a la naturaleza (…) En vez de raciocinar sobre lo inconcebible, comencemos por ver, por observar y enseñar lo que se halla a nuestra vista, al alcance de nuestros sentidos y de nuestra experimentación (…) en vez de recitar de corrido los nombres de los cinco ríos (…) los largos paseos comunes, feliz de aprender en su compañía (…) largas excursiones, verdaderas imágenes, dirigidas con métodos (…) (para) evitar el pedantismo (…). (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo”).
La relevancia de la higiene y la salud:
“(…) se establece una inspección médica a la entrada del alumno…y luego otra periódica.”(Capítulo II. Responsabilidad aceptada”).
“La suciedad católica domina España…La suciedad era atávica. …La organización del servicio, que debería correr a cargo de un médico en cada escuela, comprende los siguientes puntos: 1º Salubridad del edificio… 2º. Profilaxia de las enfermedades transmisibles…3º. Función normal de los órganos y crecimiento…4º. Educación física y adaptación de los estudios a la capacidad intelectual de cada niño…5º. Educación e instrucción sanitaria. 6º. Redacción de un cuaderno biológico con el desarrollo escolar, enfermedades… (texto del Dr. Martínez Vargas). (Capítulo VI. Higiene escolar).
Las virtudes del juego:
“El juego es indispensable en los niños (…) El alborozo, la intensa alegría del niño en la clase cuando comparte con sus colegas, se asesora con su libros, o está en compañía e intimidad con sus profesores, es la señal infalible de su interna salud; de vida física y de vida de inteligencia (…)Todo juego bien dirigido se convierte en un trabajo, como todo trabajo en un juego. Por otra parte, los juegos sirven para dar a conocer el carácter del niño y a lo que viene llamado a funcionar en la vida(…) Además el juego es apto para desenvolver en los niños el sentido altruista (…) En el juego es en donde se debe orientar a los niños que practiquen la ley de la solidaridad». (texto de R.Columbie). (Capítulo V. Higiene escolar).
La necesidad de nuevos materiales:
“En el Boletín de la Escuela Moderna y en diversos periódicos políticos se anunciaron concursos para la adopción y publicación de libros para la enseñanza racional pero los escritores se retrajeron, limitándome aquí a consignar el hecho sin aventurarme a juzgar el hecho”. (Capítulo X. Biblioteca y Laicismo).
A FAVOR de una formación alternativa del profesorado:
“Otra dificultad grave se presentó con el personal (…) Había maestros ¡cómo no! Pero los maestros laicos españoles(…) se manifestaban más como anticatólicos y anticlericales que como verdaderos racionalistas (y) para adaptarse a la enseñanza racional y científica, habían de sufrir una preparación(…). Creé una escuela racionalista para la enseñanza de maestros (…) donde se matricularon varios jóvenes de ambos sexos (…).” (Capítulo VI. El profesorado).
EL PUNTO FINAL:
“He llegado al punto culminante de mi vida y de mi obra. Mis enemigos, que lo son todos los reaccionarios del mundo,(…) se creyeron triunfantes con haberme incluido en un proceso con amenaza de muerte y de memoria infamada, y con cerrar la Escuela Moderna (…) produciendo un movimiento universal de protesta y de admiración no interrumpido (…) de mayo de 1906 a junio de 1907”. (Capítulo XV. Boletín de la Escuela Moderna)
El texto, escrito en la Cárcel Modelo de Madrid en mayo de 1907, una vez que el autor fuese encarcelado por ser considerado cómplice del atentado de Mateo Morral, bibliotecario del centro, contra Alfonso XIII, anticipaba los riesgos que asumía desde su compromiso con la escuela como motor de renovación de la sociedad. El 13 de octubre de 1909 fue asesinado por el Gobierno conservador de Maura, previa sentencia de un tribunal militar, al ser considerado uno de los ideólogos de las huelgas y manifestaciones de la “Semana Trágica”.
Sirva este breve artículo como reconocimiento y homenaje a este pedagogo, (utilizamos el lenguaje propio de uno de sus ejecutores, la Iglesia), “mártir de la educación” y como guía para todos aquellos que no han perdido la ilusión de construir, a través de la escuela, un mundo mejor. En la rebeldía y el rechazo de la norma impuesta ponemos nuestra esperanza.
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